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Si tuviéramos que elegir un deporte rey a nivel mundial que mueva masas, despierte emociones y genere presupuestos para cientos de campañas publicitarias cada año, sin duda sería el fútbol. A pesar de que existan miles de prácticas deportivas populares como el baloncesto, el fútbol americano, el ciclismo, el rugby, el béisbol o hasta el tenis; seguramente si vives en un país como Colombia o México, el fútbol es aquél deporte que despierta más emociones y sensaciones entre las personas ¿Pero alguna vez te has preguntado por qué ocurre esto?

Aunque parezca extremo hay frases como ‘’las personas cambian de pareja, de trabajo, de casa, de amigos y hasta religión, pero nunca de equipo de fútbol’’, que nos exponen muy bien este fenómeno.

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Según Jairo Zuluaga, docente de neurofisiología de la Universidad Nacional, explica que los deportes en general (especialmente el fútbol) evocan en las personas aquellas relaciones triviales y estados de guerra que antiguamente manejaban los seres humanos con mayor fiereza. Es decir, que nuestro cerebro reptiliano al verse frente a una competencia entre un grupo de personas con colores específicos en sus uniformes, bajo una estrategia y objetivo común, nos hacen sentir aquellos instintos primitivos de euforia, patriotismo y expectativa que tenían los pueblos y comunidades frente a una batalla.

Ahora bien, tenemos que agregar que no solo a través del sentido de la vista nuestro cuerpo es capaz de percibir estos impactos sensoriales. Si alguna vez has asistido a un estadio de fútbol te has dado cuenta que el sentido auditivo y del tacto juegan un papel fundamental en la creación de emociones. Desde los gritos exacerbados de los aficionados hasta el movimiento que sentimos cuando tiembla una tribuna alimentan las sensaciones de enfado, ansiedad o felicidad absoluta. Lo mismo puede ocurrir a través de la transmisión de un partido por TV, cuando los periodistas aumentan la velocidad de su narración con tonos agudos, logran causar angustia y emoción entre los televidentes hasta el punto de hacerlos gritar o parar de sus asientos.

Es por esto que cada vez más marcas se han unido al patrocinio de espacios relacionados con el deporte rey a través de estrategias en supermercados, redes sociales y zonas de alto tráfico, donde aprovechan todos estos recursos ya reconocidos por las personas para generan sensaciones a través de sus productos.

Uno de estos ejemplos es Heineken, patrocinador oficial de una de las competencias más importantes de fútbol a nivel mundial, en esta ocasión a través de una cámara escondida la marca decide poner retos no solo físicos sino también emocionales con tal de que una persona se lleve una boleta gratis a un partido de la Champions League:

Otras marcas como MasterCard logran crear una atmósfera sorprendente a través de una activación en un parque al usar elementos sonoros como la inconfundible melodía de la canción Zadok The Priest de Handel, una fanaticada y la participación del famoso árbitro mundialista Pierluigi Collina:

En este caso Pepsi sorprende sensorialmente a un grupo de personas a través de la creación de un campo digital y un drone como juez, logrando cautivar la atención total no solo de los participantes sino también de los espectadores gracias a su juego con luces láser y sonido envolvente.

Tras ver esto naturalmente el fútbol es un recurso creativo que podemos tener en cuenta en activaciones con cualquier tipo de marca (no necesariamente deportiva), con el cual podremos generar sensaciones nuevas a nuestros clientes a través de su vista, el tacto o los oídos. No obstante apoyados de una buena planeación estratégica previa a temporadas importantes, lograremos potenciar aún más este tipo de actividades y experiencias de marca.


Bibliografía:

 

 

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